La palabra yoga proviene del Sánscrito de la raíz yuj, que significa unión. El yoga se traduce generalmente como unión, por sus métodos y prácticas que conducen a una profunda integración de cuerpo, mente y espíritu. El ideal del “yogic” es alcanzar la libertad y la autenticidad, trascendiendo las estructuras limitantes del ego o sus facetas de personalidad y descubrir el verdadero “yo” espiritual interior.

Este es un programa en inglés. Haga clic aquí para visitar el sitio web y aprender más.

Estudios de yoga y la misión de una universidad Católica

El Centro para la Religión y Espiritualidad de LMU cuenta con más de una docena de programas certificados en inglés y en español que apoyan directamente las necesidades de formación para el ministerio de la Iglesia católica: por ejemplo, el Instituto Bíblico Católico, el programa certificado de Cuidado Pastoral, y el programa de certificado de Liturgia Pastoral son ofrecidos en los dos idiomas (haga clic aquí para ver una lista de todos los programas certificados). Además, el centro ha sido el principal organizador del Seminario Regional de Verano de Formación para el Ministerio Hispano, que reúne a los directores de los programas de formación para el ministerio hispano de California y Nevada, para trabajar en proyectos de interés común.

El programa de Estudios de yoga en el centro no encaja en este marco de apoyo directo para el ministerio pastoral; en cambio, como el yoga ha crecido en popularidad en los EE.UU. y en otros lugares, los programas del centro tienen como objetivo educar al público sobre el tema. Muchos practicantes de yoga lo entienden como una práctica integral que incluye lo espiritual, pero no lo ven como un sistema de creencias. Otros entienden su práctica de yoga como un camino hacia el equilibrio psíquico en su esfuerzo por mantenerse fiel a las prácticas espirituales que se encuentran en su religión. El propósito de la educación es descubrir todos los aspectos de cualquier tema, y abordar cada tema con una mirada abierta y crítica.

Los católicos necesitan estar conscientes de que, desde 1989, la enseñanza de la Iglesia distingue entre las técnicas de meditación oriental como el yoga, que se practican por razones terapéuticas, y las que hacen hincapié en las implicaciones teológicas y espirituales de la materia. En su Carta a los Obispos de la Iglesia católica sobre algunos aspectos de la meditación cristiana (Orationis formas), la Congregación para la Doctrina de la Fe ha diferenciado entre aquellas personas que practican yoga sólo como “un camino hacia la paz interior y el equilibrio psíquico”, y los que lo practican con el fin de sumergirse en una espiritualidad, una que puede ser ajena a la tradición cristiana de oración (párrafo 2). La carta afirma que “las propuestas de armonización entre meditación cristiana y técnicas orientales deberán tener siempre sus contenidos y métodos sometidos a un constante examen a fondo, con el fin de evitar el peligro de caer en el sincretismo” (párrafo 12). Orationis formas también destaca los beneficios de muchos métodos de oración y de meditación que se encuentran en la larga historia de la tradición cristiana. Haga clic aquí para leer el texto completo de Orationis formas.

Los estudios de yoga también son importantes para la misión de LMU en términos de diálogo interreligioso. El diálogo interreligioso es un aspecto constitutivo de la misión de la Iglesia de evangelizar por medio de un diálogo respetuoso con otras tradiciones religiosas. Esta relación requiere tanto dar como recibir de las tradiciones distintas a las propias. De ninguna manera el estudio de yoga es en detrimento de la identidad católica; más bien, una exploración respetuosa en esta práctica es consistente con la insistencia del Papa Francisco sobre la necesidad de promover una “cultura de encuentro e iglesia siempre en salida”:

  • Los estudios de yoga en el centro, por tanto, están apoyados por la Declaración sobre la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas (Nostra Aetate) del Concilio Vaticano II, en el que la Iglesia necesita un conocimiento sólido de todas las tradiciones religiosas con el fin de cumplir su misión; un camino para que una universidad mantenga un buen acceso a dicho conocimiento es involucrar directamente a esas tradiciones y a los expertos en las mismas.
  • Los estudios de yoga permiten a una institución católica como LMU involucrar a las personas que no abrazan la fe católica, precisamente tomando en serio sus preguntas con respecto a la vida espiritual.
  • Nostra Aetate (no. 2) exhorta a los católicos a “reconocer, preservar y promover” el bien que se encuentra en otras tradiciones religiosas; a menudo el contexto del diálogo interreligioso ofrece a los seguidores de Cristo una oportunidad para aprender acerca de Dios. El Papa San Juan Pablo II dijo esto en 1986 a los exponentes de las religiones no cristianas en Madrás, India: “Por el diálogo dejamos que Dios se haga presente en medio de nosotros; y al abrirnos al diálogo entre unos y otros, también nos abrimos a Dios”.